Ayer en una de las últimas clases de este segundo semestre, a la profesora de "Nous llenguatges literaris", se le ocurrió hacer balance de la asignatura, estuvimos comentando varios aspectos, como los materiales empleados, la metodología que había utilizado para diferentes actividades propuestas, si nos había parecido bien o mal el curso, qué nos gustaba más y con qué habíamos aprendido y disfrutado más, cuáles eran las conclusiones a las que habiamos llegado después de todo un curso (dos semestres)... en principio todo normal hasta ahí, incluso añadiría que atípico, pues pocos profesores se preocupan por saber nuestra opinión respecto de su asignatura.
En un momento dado de la conversación... a Laia-Mercé Climent (la profesora), preocupada desde principios de curso por un asunto, se le ocurrió lanzar la siguiente pregunta: "¿Me podríais decir qué he de hacer para que os mantengáis callados durante las clases?" (en este caso, mantenerse callado no significa, no participar, sino atender cuando hay que hacerlo) ¿Cómo es posible que no podáis estar callados en una clase?... La bomba había sido lanzada voluntaria o involuntáriamente...
Normalmente me suelo sentar en las primeras filas de clase, ayer también, mis compañeras y compañeros de clase empezaron a dar sus opiniones al respecto, las que fueron como sigue:
UNA: yo no creo que hablemos tanto..., sólo hacemos comentarios... incluso a veces sobre el tema de clase...
OTRA: Es que no es fácil estar callado en clase cuando se nos pide interacción entre nosotros los alumnos y el profesor/a...
OTRO: Bueno, tampoco hablamos tanto... además no molesta tanto que hablemos de vez en cuando.
Yo pensaba pero ¿cómo que no hablais tanto? si yo que me siento a primera fila estando a menos de medio metro de un profesor a veces ni le oigo!
Ahí, después de varias intervenciones del estilo de las anteriores, pedí la palabra e intervine, diciendo que "el problema viene dado por la falta de educación y falta de respeto hacia los demás".
Este comentario, no sentó bien a parte de mis compañeros/as, se lanzaron como fieras diciendo que eso no era así, nada que ver con la falta de educación... que no se les puede dar libertad para hablar y dar su opinión y luego pretender que no hablen...
Pues a mi que me perdonen si les ofendí, tal vez sea por la diferencia de edad que tengo con el resto, a muchos se la duplico, o tal vez no sea eso, pero a mi de pequeña me enseñaron que cuando alguien habla hay que callar, escuchar y aprender, y en todo caso si no interesa lo que se dice, calla!.
Las opiniones continuaron, hasta que una de ellas intervino de nuevo diciendo..."La verdad, es que no soy capaz de estar escuchando toda una hora la exposición de unos compañeros en clase, que exponen su trabajo... no puedo, entonces desconecto, no escucho y me dedico a otras cosas..." (ojito que es fuerte la cosa!)
Yo estaba estupefacta escuchando las opiniones de mis compañeras, y compañeros de clase (futuros maestros), juro que intenté mantenerme callada y no contestar... la sangre me hervía por dentro... pero esa última intervención hizo que saltara a la yugular de todos ellos y sin ningún tipo de piedad me di la vuelta hacia ellos, me incorporé de la silla y sin más solté: "Si vosotros que sois futuros docentes, no sois capaces de escuchar la exposición de unos copañeros, en silencio, aunque sólo sea por respeto, ¿Cómo vais a pedir a vuestros alumnos que os presten atención en clase durante cinco horas, todos los días de la semana y todos los meses del curso?. Me parece vergonzoso pensar que el futuro docente está en manos de gente así... ¿Con qué cara vais a pedir silencio en el aula?" (no digo que no se pueda hacer comentarios, pero de ahí a boicotear las clases a los profesores y compañeros que están dispuestos a aprender algo, o el esfuerzo de tus compañeros en presentarte un trabajo, la diferencia es grande).
No parecía importarles lo que les había dicho, entre nosotros (creo que ni lo entendieron), la cosa no iba dirigida a ellos, debieron pensar...
Siento vergüenza ajena por mis compañeras/os, siento lástima por ellos, pero sobre todo lo que más siento es que dentro de poco, habrá niños que se estén formando de la mano de ellos... pobres criaturas!.